USA contra su pueblo
Praga, 10.8.2022
Transcribimos el artículo en inglés de Francis X. Maier, miembro Senior del Centro de Ética y Política Pública en USA, publicado por primera vez en la página www.catholicthing.org.
Comentario de la redacción
Quien ha seguido los acontecimientos sociales y políticos en USA en los últimos tres años sabe, que ahora este país líder mundial está al borde de un totalitarismo globalista protagonizado por las élites económicas. Los subtítulos del artículo traducido son nuestros. Esto lo hemos tratado antes en nuestra página en los siguientes artículos:
Videos sobre la amenaza del ´great reset´
¿Por qué el globalismo apoya a la izquierda?
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Las advertencias de Vaclav Havel
Comencé esta columna esperando centrarme en el gran ensayo de Václav Havel de 1978, «El poder de los sin poder», recogido aquí. Ya llegaré a eso más adelante. Pero mientras tanto, el FBI allanó la casa del ex presidente Donald Trump en Florida, una acción sin precedentes en la historia de Estados Unidos. Así que hay que tratar primero este asunto.
Hace apenas cuatro semanas en este espacio, sugerí que la amenaza de un inminente «¡Fascismo! ¡Está a la vuelta de la esquina!» – es un peligro temido por Trump, como si se avecinase una nube tenebrosa, y ahora podría extrañamente hacerse realidad. Sólo que no desde la dirección que usted pensaba. El Sr. Trump, con su estilo vulgar y su legión de defectos, tuvo, sin embargo, el efecto como el que ejerce una lámpara solar o de una medicina desagradable sobre un molesto forúnculo: atrajo toda la histeria, el fanatismo y la arrogancia del pensamiento progresista puro y duro a la superficie de la piel, donde el forúnculo y su veneno al final reventaron.
Gracias a Trump se provocó la activación del virus de la rabia latente, el herpes simplex mental, en las élites emperifolladas de nuestra nación. Gracias a la furia dirigida a él -y, a través de él, a todos los que, por la razón que sea, le votaron-, el Sr. Trump demuestra claramente que el odio «tiene su sitio aquí». Está incrustado en nuestra clase patricia y en sus aspirantes.
Christopher Lasch sobre las nuevas élites.
Pero no se fíen de mi palabra. Lean a Christopher Lasch, distinguido historiador y desde siempre hombre de la izquierda populista. En su obra ˇ La rebelión de las élites y la traición de la democracia´, Lasch señala (en 1995) que las nuevas élites [nacionales y globales], que incluyen no sólo a los directivos de las empresas sino a todas las profesiones que producen y manipulan la información -la savia del mercado global- son mucho más cosmopolitas, o al menos más inquietas y migratorias, que sus predecesores. Su visión del mundo es esencialmente turística, y no es una perspectiva que fomente una apasionada devoción por la democracia.
Lasch sostiene que, en nuestra época, la principal amenaza para las tradiciones civilizadoras de la cultura occidental proviene «de los que están en la cima de la jerarquía social, no de las masas». Y señala que «el curso de la historia reciente ya no favorece la nivelación de las distinciones sociales, sino que corre cada vez más en dirección a una sociedad de dos clases en la que los pocos favorecidos monopolizan las ventajas del dinero, la educación y del poder».
Añade, por último, que, en Estados Unidos, «Middle America» -un término que tiene connotaciones tanto geográficas como sociales- ha llegado a simbolizar todo lo que se interpone en el camino del ´progreso´: los «valores familiares», el patriotismo sin sentido, el fundamentalismo religioso, el racismo, la homofobia y la visión retrógrada de las mujeres. Los americanos medios, tal y como se presentan a los creadores de la opinión culta, son irremediablemente cutres, pasados de moda y provincianos. …, cosa a la vez absurda y vagamente amenazante.
Lo que Lasch describe correctamente es la arrogancia de la clase dirigente de Estados Unidos. Esto ha madurado y se ha cristalizado en el Partido Demócrata, desde la aparición de su libro en 1995. Y junto con ello va una burla elitista y el miedo hacia la clase baja de Estados Unidos. Trump leyó esta realidad como una chuleta y la utilizó como un maestro de judo. La misma gente que detestaba a Donald Trump ayudó a asegurar su elección en 2016, y su continua histeria vengativa lo hizo fuerte en el imaginario popular. Nuestro presidente Biden, nominalmente católico, y el presidente de la Cámara merecen al menos una nota de agradecimiento del ex presidente por mantener viva su sombra amenazante. … aunque, dado su historial, el Sr. Trump puede ser frío a tales sutiles disquisiciones.
Václav Havel: cómo actúa la mentira
Havel escribió «El poder de los sin poder» en Checoslovaquia durante los años de posguerra de la represión del bloque del Este. Al igual que Alexander Solzhenitsyn y otros disidentes, Havel fue una voz contundente a favor de la verdad en un sistema político marxista-leninista de estilo soviético construido sobre el engaño, el miedo y la represión.
En ese sistema, escribe Havel, el gobierno de la burocracia se llama gobierno popular. La clase obrera es esclavizada en nombre de la clase obrera. La degradación completa del individuo se presenta como su propia liberación final. Privar a la gente de información se llama hacerla disponible. El uso del poder para manipular se llama control público de la autoridad. El abuso arbitrario del poder se llama observar el código legal. La represión de la cultura se llama desarrollo de la misma. La falta de libertad de expresión se convierte en la forma más elevada de libertad.
Las elecciones fraudulentas se convierten en la forma más elevada de democracia. Y la prohibición del pensamiento independiente se convierte en la más científica de las visiones del mundo. En palabras de Havel: «Como el régimen está en la cautividad de sus propias mentiras, debe falsificarlo todo. Falsifica el pasado. Falsifica el presente y falsifica el futuro. Falsifica las estadísticas. … [y] finge no fingir nada».
Con este sistema, la resistencia política abierta en la época de Havel era imposible. El «poder de los sin poder» residía en cambio en aquellos ciudadanos que simplemente se negaban a cooperar con las mentiras; ciudadanos que insistían en decir y vivir la verdad, sin importarles el coste. A lo largo de las décadas, esto erosionó gradualmente la credibilidad del sistema y condujo a un despertar nacional. Pero para ello fueron necesarias dos virtudes: el valor y la perseverancia.
Estados Unidos está muy lejos de la Checoslovaquia de 1978. . .pero no tan lejos como hace cuatro décadas. La creciente hostilidad hacia la religión en este país, el desprecio por la ley y su cumplimiento, la expansión del poder administrativo federal, el aumento de lo que el autor Aaron Kheriaty, M.D., llama «el estado de seguridad biomédica». Estas cosas no terminan bien. Y la única manera de cambiarlas, el único «poder de los impotentes», es negarse a cooperar con las mentiras.
Hay que vivir en cambio en la verdad, a pesar de las consecuencias.