https://www.youtube.com/watch?v=SZoR_CPGnv8
Resumimos una entrevista publicada recientemente en Suiza/NZZ. La Profesora Susanne Schröter explica que «El Occidente de raza blanca es el enemigo común que une a izquierdistas e islamistas». Schröter es etnóloga y directora del Centro de Investigación sobre el ´Islam Global´ en Frankfurt, siendo una autoridad mundial en la materia. Advierte sobre las consecuencias negativas de la inmigración incontrolada: «No tengo reparos en abordar los aspectos críticos del islamismo contemporáneo y los puntos oscuros implicados en la política de inmigración». Se ha convertido así en lo que la corriente periodística mayoritaria alemana llama «la persona controvertida». Sus oponentes la han tachado de racista anti musulmana.
La teocracia política del islam
El islam político es una realidad en los países con numerosa inmigración musulmana, buscando instaurar el régimen de gobierno propio del califato árabe. En Londres, por ejemplo, en ciertas zonas de la ciudad, las autoridades oficiales británicas han tenido que aceptar que se rijan por las leyes del Corán. Y la reciente inmigración islámica en Suecia se ha criminalizado en parte, produciendo una crisis social sin precedentes en un país de tan alto nivel de calidad de vida. También se ve el problema islámico sobre todo en Alemania y en Francia, que constituyen bombas de tiempo que pueden explotar en cualquier momento. https://thinktanklatam.org/?s=pretensiones+de+instauracion
En ciertos círculos de izquierda, estos hechos se justifican con un dogmatismo casi religiosos: «No criticamos a los inmigrantes, no criticamos la política de inmigración, estamos a favor de las fronteras abiertas y también creemos que el islam es una religión discriminada y maltratada por Occidente». Cualquiera que vaya en contra de estos dogmas es automáticamente tildado de extremista de derechas y es intimidado y silenciado «por todos los medios posibles», tal como la Prof. Schroeter misma lo ha sufrido.
Schröter habla de una «intolerancia demencial». Los izquierdistas que apoyan el islam hegemónico creen que sólo su propia opinión es la verdadera, la correcta, la única humana y aceptable. Todo lo demás queda descalificado.» Semejante pretensión totalitaria puede encontrarse también en documentos oficiales del gobierno alemán, como, por ejemplo, el estudio «Muslimfeindlichkeit – eine deutsche Bilanz» (Aversión hacia los musulmanes, un balance de la situación en Alemania), publicado por el Ministerio del Interior, que recientemente ha tenido que ser oficialmente retirado y destruido.
Los islamistas y la izquierda unen sus fuerzas
https://www.youtube.com/watch?v=ZavINwdUaCE
La guerra entre Israel y Hamás ha provocado el apoyo a Palestina en vastos sectores de la Universidad. Sin embargo, Schroeter afirma que hay «una camaradería de la izquierda con el islamismo que se remonta a finales de los años setenta». A primera vista, parece una alianza contradictoria; al fin y al cabo, ambos bandos tienen valores completamente diferentes. Pero «el enemigo común une a estas personas», afirma Schröter. Para la izquierda woke, el capitalismo, es el enemigo principal. «Su idea es avanzar hacia un futuro socialista, y para eso se necesitan aliados». Ahora que la alianza con la clase obrera ha fracasado, al igual que las alianzas con Estados de fuera de Europa y otros experimentos del siglo XX, la izquierda lo están intentando con los musulmanes. Y algo análogo está ocurriendo con los musulmanes de Oriente Medio.
En las universidades de Occidente, dominadas por los izquierdistas de woke, se ha desarrollado un sistema de pensamiento ideológico que se presenta bajo una amplia variedad de disfraces. El presupuesto básico de la llamada «teoría postcolonial» es siempre lo mismo. «Presupone que el Occidente blanco no ha cambiado de mentalidad desde la época colonial», explica Schröter. «Los occidentales blancos siempre necesitan a alguien a quien puedan devaluar, discriminar, subyugar, que en términos cristianos se podría llamar: el mal personificado». Cualquiera que argumente en contra se considera automáticamente moralmente ambivalente. Por eso habla de una ideología; y las humanidades están en «el origen de todo este movimiento».
El trauma como raíz del antisemitismo musulmán
Sin embargo, esto no explica por qué, por otro lado, tantos musulmanes en Europa simpatizan con el atentado de Hamás. Schröter ve aquí un gran trauma que afecta a todos los musulmanes, aparte de la solidaridad entre árabes. «El colonialismo europeo ha sustituido a la expansión islámica, que ya estaba muy avanzada cien años después de la muerte de Mahoma. Los mahometanos estaban convencidos de que Dios estaba realmente de su lado y que Alá quería que todo el mundo fuera islámico». Esta sigue siendo la narrativa hoy en día.
El hecho de que el éxito inicial flaqueara y finalmente se derrumbara por completo con el Imperio Otomano «es un gran trauma para el mundo islámico. Y este trauma se reactiva una y otra vez, y se clama una y otra vez la convicción de que en realidad somos nosotros los que debemos expandirnos, no los europeos». Al mismo tiempo, Israel es visto como un proyecto de Occidente; a ojos de los musulmanes, Israel será «siempre el aguijón» que no tiene derecho a estar allí “.
Las cuestiones del islamismo y la migración están, pues, esencialmente unidas: cuantos más musulmanes sean acogidos, más se intensificará este problema. Sobre todo, porque, por otra parte, Occidente carece de un marco normativo como alternativa al que los inmigrantes pudiesen acogerse inicialmente. «Como democracias liberales, nuestras sociedades tienen la máxima apertura. Hay que dejar a cada cual a su aire. Se rechaza la idea de una cultura dominante». Esta combinación es «conceptualmente mala, y es naturalmente esgrimida por los agitadores islamistas».
Las Universidades han fracasado
La Prof. Schröter lamenta que casi nadie en las universidades trabaja en temas como el islamismo y el lado oscuro de la migración, por miedo a perder la propia reputación. Esto se debe a que las creencias de la izquierda woke -Schröter habla de «ímpetu religioso»- han sido llevadas a los medios de comunicación y a la escena artística por licenciados universitarios, «pero también las tenemos en los documentos educativos y en las instituciones educativas». Es difícil imaginar que se produzca un cambio de dirección sin un estallido. «El poder de auto purificación de las universidades es nulo. La gente tiene miedo de que todo les estalle en la cara». Schröter expresa la esperanza «de que el centro democrático se mueva por fin y defienda las libertades civiles y la democracia, sin derivar hacia algún lado político extremista».
Sin embargo, cree que hay dos escenarios más probables: que la izquierda woke se imponga y ciertas exigencias suyas se conviertan en ley, lo que socavaría tanto el Estado de derecho como la democracia. O que se imponga un movimiento ultraderechista.