Resumen de un artículo aparecido en la NZZ, Zuerich. El 16.3.2022 escrito por Andreas Ernst.
Wikipedia: geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía humana y la geografía física sobre la política y las relaciones internacionales. La geopolítica es un método de estudio de la política exterior para entender, explicar y predecir el comportamiento político internacional a través de variables geográficas. Es una especialidad que se ocupa del estudio de la causalidad espacial de los sucesos políticos y de los próximos o futuros efectos de los mismos.
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En el curso de la historia, cada nación dispone de un territorio y de unas condiciones climáticas y de un sitio en el mapa del mundo, que determina su importancia geopolítica, cuyos ingredientes son la población y su grado de educación humana y técnica, sus riquezas naturales, sus comunicaciones con el resto del mundo por tierra, mar y aire etc. Todas estas variables definen al final su potencia militar y su relevancia en el concierto de relaciones con las demás naciones.
Este concepto surgió a finales del silgo XIX como una visión darwiniana de la historia, en el contexto de la concurrencia vital y selección natural de las especies, que Darwin ha acuñado como una suposición que tienen resonancias dialécticas del idealismo alemán, formulados como tesis, antítesis y síntesis que propugna el derecho del más fuerte. Ve a los pueblos en una eterna lucha por la supremacía y por el «espacio vital». Unas décadas más tarde, la Alemania nazi utilizó este concepto envenenado para justificar sus guerras de conquista y exterminio.
Después la geopolítica se dignificó, pasando a ser una parte de la ciencia política que centra su atención en ver cómo se distribuye el poder económico y militar en el mundo, o en una región del mismo. Por esto cabe hablar de la transmutación geopolítica mundial.
Eurasia, como un tablero de juego
En este continente viven cinco mil millones de personas que producen dos tercios del PSB mundial. En los tiempos de la guerra fría, tanto Henry Kissinger como Brzezinski consideraban que este inmenso bloque sería el escenario del juego por la hegemonía mundial de una sola superpotencia. Kissinger pensaba que Rusia asumiría en este juego de fuerzas un papel preponderante, y que Ucrania se situaría como punto de encuentro y de fricción entre el bloque eurásico y el occidental. La situación geopolítica de Rusia
Actualmente estamos asistiendo a este choque, que está provocando un nuevo reparto de barajas en la mesa de juego por la hegemonía. Ucrania es un peligroso punto de fractura, sobre todo si en el futuro se deciden a tomar parte en la contienda la China. Hasta ahora no ha dado muestras de querer complicarse todavía más la vida.
Ante este panorama de guerra pura y dura se están rompiendo los esquemas de pensamiento europeo, no falto de ingenuo romanticismo, de querer edificar un ´hogar común´ que vaya desde Lisboa a Vladivostok, sobre unos altos valores compartidos por todos. Este sueño globalista se está mostrando ahora poco realista, también porque suponía el amparo constante de los USA como potencia nr.1
La China se está convirtiendo en competidor de Estados Unidos. Pero para el politólogo estadounidense John Mearsheimer, la función hegemónica unipolar americana ocasiona USA redefiniendo su papel
contradicciones: el exceso de esfuerzo, la sobrecarga y también el exceso de confianza marcaron el final. Los USA sobreestimaron su capacidad de exportar sus propios valores y de reconstruir los estados de todo el mundo a su imagen y semejanza: es una especie de mesianismo que intenta imponer la democracia al estilo americano como una garantía de bienestar político.
Esto lo hemos visto en Irak, donde no hubo manera de introducir este tipo de democracia, dejando la guerra tras sí un desastre nacional y regional. En países islámicos, el terrorismo no se puede erradicar con la democracia. Análoga ha sido la historia en Afganistán, donde los Talibanes fueron apartados del poder político, pero no habían sido derrotados. Otro tanto se produjo en Siria y Libia.
Una década antes, los estadounidenses habían logrado poner fin a las guerras de Yugoslavia, pero antes habían muerto allí 140.000 personas. La UE no logró establecer un orden estable de posguerra en la región en los 20 años siguientes. En cambio, en Europa centro-oriental, los Estados bálticos y el Mar Negro, la ampliación de la OTAN y la UE avanzó con éxito. No era un proyecto imperial, sino que era absolutamente deseado por los países bajo el antiguo dominio soviético. Aquí, el poder blando de Estados Unidos y la UE se transformó en seguridad y relativa prosperidad.
El sitio de Europa
Para Mearsheimer, las cosas están claras. Está surgiendo un mundo dominado por dos superpotencias, Estados Unidos y China, rodeadas por un anillo de aliados. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría durante la Guerra Fría, estos bloques siguen cultivando los intercambios económicos. ¿Cuál será el papel de Rusia? ¿Un socio menor de China o su vasallo? ¿Se democratizará después de Putin, o se desintegrará el gigantesco imperio? Ahora casi todo parece posible ante los acontecimientos impresionantes de la guerra en Ucrania, en donde Rusia se está jugando su prestigio y su credibilidad.
Europa tiene que tomar consciencia de su propia importancia, ya que general la cuarta parte de la producción económica mundial, con una población muy preparada de unos 500 millones. Sin duda merece convertirse en un actor geoestratégico serio, que no vaya cogido continuamente del manto protector de la NATO. Pero para ello, debe ser capaz de defenderse de forma independiente. Un mayor gasto militar no es suficiente. Es mucho más importante coordinar finalmente la defensa entre los países. Europa necesita una fuerza armada en alianza con los Estados Unidos.