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Pésima actitud
Encontramos una información muy importante, aparecida en la NZZ en Zuerich el 18.2.23. Este diario es uno de los más antiguos y prestigiosos del mundo. Trata de la pésima disposición de ir a la guerra del soldado alemán. Esto saltó a la luz pública al publicarse el resultado de una encuesta en Alemania, hace pocos días, hecha por la Agencia Alemana de Prensa: sólo uno de cada veinte hombres en edad militar iría a la guerra libremente, por convencimiento personal, y sólo uno de cada diez iría de forma pasiva. La iniciativa para ello ha tomado los países bálticos, que querían saber cómo reaccionarían las Fuerzas Armadas Alemanas en el caso de un ataque ruso contra ellos. Según las reglas de la OTAN, Alemania tendría la obligación de defenderles juntamente con los demás países miembros de la OTAN.
Según una encuesta de Gallup en el 2015, los holandeses y los japoneses dieron un resultado aún peor. En cambio, Suiza tiene un 39% de jóvenes dispuestos a ir a la guerra. El historiador Michael Wolffsohn explica el resultado alemán aduciendo que los alemanes se han vuelto demasiado preocupados por sí mismos, olvidando que son un pueblo. Hoy a los jóvenes nos les gustan los conceptos tales como pueblo, nación o patria, porque son palabras manchadas por el nazismo, que no acaban de digerir. El estado, en vez de tratarlo abiertamente en los sectores educativos, ha preferido siempre ignorar esta patata caliente.
Estando, así las cosas, no nos puede extrañar que se hayan fugado de Rusia y de la guerra ya un millón de personas, en su mayoría hombres jóvenes. No tenemos todavía los datos de los demás países, por lo que cabe conjeturar que los países ricos son los que por lógica tienen la más baja disposición de ir a un frente de guerra, excepto los USA. Personalmente tengo la impresión que toda Latinoamérica puntuaría mucho más salto, como también los países en Asia.
Algunas conclusiones
Vemos, por tanto, que la opulencia y los placeres del consumo han ablandado el carácter del soldado potencial, socavando su disposición de ir a la guerra. Pero lo que más se opone a asumir una responsabilidad militar es la cuestión de los principios personales. En este sentido, una actitud materialista y atea difícilmente podrá identificarse con un plan de lucha bélica legítimo, de defensa. Y mucho menos con una guerra absurda, como tantas habidas en la historia. La moralidad en la guerra de Ucrania
Por estas razones, y también por la complejidad técnica de las armas de alta tecnología, la mayoría de los estados han decidido anular el servicio militar obligatorio, pasando al régimen de la profesionalidad. Este permite dar al combatiente la formación que necesita.
Luego se está imponiendo, debido a la sofisticación de las armas, el combate a distancia, donde la infantería entra a controlar el territorio conquistado sólo después de haber sido casi destruido al enemigo. La guerra en Ucrania nos está mostrando ´por dónde van los tiros´, en sentido más literal de la palabra. Aunque las cifras de caídos en ambos frentes se guardan en secreto, pienso en total puede estar ya en trescientos mil muertos y muchísimos heridos.
El soldado tipo Holywood nunca existió
Todavía había una motivación importante en la segunda guerra mundial, tanto en Alemania como en USA y el Japón. Pero poco sabemos cómo está la disposición de ir a la guerra de ambas chinas, donde probablemente la férrea disciplina supliría la falta de motivación para arriesgar la vida. Esto podría significar que los países líderes occidentales tienen unas fuerzas armadas que en el campo de batalla podrían arrojar resultados decepcionantes. Por otra parte, también es verdad que el hombre, al entrar en la guerra, se hace soldado en el momento en que ve morir a sus compañeros.
La profesionalización del ejército
Auge de las empresas particulares militarizadas
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) explica las razones de su abolición en una encuesta a 87 expertos militares de 32 países europeos y su relación con el servicio militar obligatorio, de 1975 a 2003,
Los análisis de tendencias muestran que la transformación de los ejércitos conscriptos en fuerzas voluntarias en Europa se debe principalmente al cambio de la situación geopolítica desde el final de la Guerra Fría. La acumulación de conflictos regionales y las misiones humanitarias asociadas en el extranjero también han contribuido a ello. Los efectos de la Alianza, y en este caso especialmente la pertenencia a la OTAN está acelerando la transición hacia una fuerza de profesionales.
Además de estas causas geoestratégicas, los impulsores tecnológicos, por ejemplo, el perfeccionamiento de la tecnología militar, están en primer plano. Sólo los soldados profesionales y bien entrenados pueden manejar de armas de alta complejidad, Así, el avance tecnológico trae consigo una reducción lógica de los contingentes de las fuerzas armadas.
Luego están los factores sociales que han incidido en la suspensión del servicio militar obligatorio. Generalmente se piensa que el servicio militar obligatorio es injusto, y además se observa la pérdida de importancia de lo militar en las sociedades actuales.
Luego está el deterioro de los valores morales, que antes se fundamentaban en el patriotismo y en el amor a la patria. El creciente individualismo y el pluralismo, que son funciones del relativismo hacen que la guerra sea un absurdo. Esto propicia un aumento de la objeción de conciencia en el caso del servicio militar obligatorio. También influye en este asunto la necesidad de recortar gastos en todo el presupuesto del Estado.