Ejemplo de responsabilidad en el Parlamento Checo

https://www.youtube.com/watch?v=1zV6ho8i6h8

Abajo ofrecemos la traducción del discurso, en el Parlamento Checo, de Jaroslav Foldyna, que es un ejemplo de responsabilidad en el Parlamento Checo. Sus datos en Wikipedie: nacido el 26 de junio de 1960 en Česká Lípa, es un político checo quien desde 2018 hasta 2019 fue vicepresidente del ČSSD (partido socialista), y desde 2010 ha sido miembro de la Cámara de Diputados de la República Checa, hasta 2012 y desde 2016-2018 ha sido vicegobernador de la región de Ústí [1] y desde 2003 hasta 2018 fue vicegobernador de la ciudad de Děčín. A finales de febrero de 2020, renunció al partido socialista y en abril del mismo año se afilió al SPD [2].

Se trata de un hombre de origen modesto, que tiene la valentía de cantar a la cara del Parlamento Checo las verdades e impugnaciones que en realidad podrían pronunciarse también en muchos otros gobiernos en todo el mundo.  Los subtítulos destacados son parte de su discurso.

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 Señorías, señoras y señores,

En el ya amplio presupuesto del Estado para este año, he observado con detenimiento los fondos destinados, en el capítulo presupuestario del Ministerio de Asuntos Exteriores, a las llamadas «Contribuciones a organizaciones internacionales y donaciones a instituciones seleccionadas en el extranjero».

¿Qué es lo que el gobierno impone pagar al contribuyente checo?                                                      

Por nombrar sólo algunos: El Consejo de Europa, el Premio Václav Havel, el Plan de Acción para Ucrania, Radio Free Europe, la Fundación Asia-Europa, el Fondo Fiduciario para África, el Fondo Fiduciario para Colombia, el Tratado Antártico, la Universidad de California (me alegro de que apoyemos la educación estadounidense), el Plan de Acción de la OECD para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Además, los checos, los moravos y los silesios tienen que pagar, y ahora escúchenme bien: el desarrollo una cadena de brócoli en la región de Lori (Armenia) con la participación de las mujeres, construir un sistema de agua y riego por goteo para una plantación de higos orgánicos en Bosnia y Herzegovina, apoyar la reactivación del marisqueo artesanal y el turismo comunitario en Ecuador, fomentar la música en Etiopía, enviar bicicletas checas para las escuelas de Gambia, mejorar las habilidades de las niñas campesinas en sastrería y bordado a máquina en la India. Todo ello por un valor total de 1 760 174 042 CZK. = 71,5 millones de euros.

    ¿Cómo se beneficia el ciudadano checo de todo esto?

¿Qué gana una costurera checa, por ejemplo, que lucha cada día por sobrevivir en su oficio, con el hecho de que sus impuestos sean utilizados por el Estado checo para producirle competencia en la India? Nada. El Estado checo le está creando problemas con su dinero. ¿Qué ganan los escolares checos si sus padres compran bicicletas para los alumnos en las escuelas de Gambia? En el mejor de los casos no consiguen nada, o en el peor de los casos tendrán padres un poco más pobres, o, incluso, los gambianos vendrían a agradecerles personalmente el regalo para quedarse en el país.

¿Qué obtienen los empresarios turísticos checos al apoyar el turismo en Ecuador? Sólo problemas.

¿Qué nos importa la música que escuchan en Etiopía? ¡Nada!

¿Qué nos importa cultivar brócoli en Armenia? ¡Nada!

¿Qué nos importa el cultivo de higos en Bosnia? ¡Nada!

¿Qué nos importa la educación estadounidense? ¡Nada!

¿Se ha preguntado a la gente si quiere gastar su dinero en todo esto? ¿Habéis preguntado? No, no nos habéis preguntado a nadie. No preguntáis nunca nada nada a nadie. Queréis hacer alarde de vuestra propia generosidad, queréis daros palmaditas en la espalda por ello, queréis presumir de ello en Bruselas o donde sea, pero hacéis que otro pague la factura.

Estáis obligando a que la gente de este país pague este gasto.  

Señoras y señores, Uds. se están comportando como los peores señores feudales, que han utilizado el dinero del Estado para sus propios caprichos, sin tener en cuenta las necesidades del pueblo. Sólo que, en lugar de construir mansiones palaciegas, aunque ni en esto se escatime los gastos, estáis levantando monumentos a vuestra propia y falsa nobleza: ésa es la única diferencia.

Pero esto ya no se puede tolerar. La recaudación de impuestos se lleva a cabo bajo la amenaza de la «fuerza» que otorga la ley, y esta coerción sólo es legítima si el dinero recaudado se utiliza para cubrir las necesidades de los contribuyentes, es decir, los ciudadanos checos. Utilizar estos fondos para cualquier otra cosa es un acto de arrogancia, y algunos podrían decir, incluso un acto de gansterismo. ¿Por qué el perfil bajo de los políticos?

Así pues, he aquí cómo ahorrar 2.000 millones en unos segundos. No lo envíes a tonterías como la música en Etiopía. Pero se trata sólo de estos miles de millones que salen del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores.  Análogamente se gasta en prácticamente todos los sectores.

Gastáis en la guerra de Mali y parloteáis de que es en favor de seguridad de nuestros ciudadanos. No lo es. La seguridad de los checos, moravos y silesios no se garantizará recorriendo África en busca de terroristas que aún no han cometido un atentado, sino defendiendo las fronteras de Europa.

En lugar de ello, están haciendo todo lo contrario: están dando el dinero de los ciudadanos checos a organizaciones que están enviando personas a Europa, concretamente desde las zonas donde se reclutan terroristas e invasores, y que a menudo no ocultan su intención de apoderarse de Europa. Y para esto se gastan miles de millones más. ¡No lo hagáis!

Dejad de tirar el dinero de los contribuyentes en cosas que no les interesan.

Dejad de dar el dinero de los empresarios y de los empleados checos para apoyar a las grandes instituciones, no tiréis el dinero para intentar cambiar el clima, dejad de tirar el dinero para inventar nuevos sexos, dejad de pagar a las agencias de inclusión que nunca, nunca, han incorporado a nadie en ningún sitio. ¡Dejad de comportaros señores feudales!  El cáncer de la corrupción

Porque sólo entonces podremos reducir el IVA y los impuestos de consumo sobre la energía, los combustibles y sobre los alimentos básicos, para que los precios de estos productos sean asequibles para nuestra población. Así nos ganaremos algo aún más valioso: Nos ganaremos la confianza de los ciudadanos. La realidad es que hoy la gente no nos ve a los políticos como administradores del país, sino como sus usurpadores. No nos ven como alguien a quien pagan para que represente sus intereses, sino como un enemigo al que se ven obligados a dar su dinero bajo amenaza de «fuerza legal» y a este juego hacen encima buena cara. Nos ven como un enemigo al que temen y odian. Esta es la realidad, y este estado de cosas es mucho más peligroso para el país que un déficit presupuestario o cualquier otro problema de índole económica.

Es un estado de erosión de las sociedades, es un estado de erosión de la nación y del país, donde una entidad, que ha estado cohesionada durante siglos, se está rompiendo en pequeños trozos que no pueden mantenerse por sí solos en el mundo.  Sé que este es precisamente el objetivo de algunos de los que están en esta sala, y por esto pido a los demás: hagamos todo lo posible para cambiar esta situación. Empecemos a trabajar para la gente de este país y para nadie más, porque esa es la esencia de la democracia. Si no lo hacemos, nuestra sociedad se desintegrará y luego acabará derritiéndose en el crisol de la locura del progresismo a ultranza. Y esto la historia no nos lo perdonaría.