https://www.youtube.com/watch?v=rUhAW5SV2vU
Peter Kopa, 16.7.2023, Praga – The English text follows below.
Estudié las publicaciones del periodista internacional Soeren Kern, reconocido especialista internacional en asuntos socio-políticos y en inmigración. Concedió una entrevista al cuarto diario de mayor tiraje en los USA, The Epoch Times. Su perfil puede ser visto en Google.
Los hechos en perspectiva histórica
Desde 1950 han entrado en Europa muchos millones de inmigrantes: siete millones de turcos vinieron a Alemania, países bajos y Francia y al menos ocho millones de mahometanos, desde el Oriente Medio y África. Hoy se reconoce que, sin esta aportación demográfica, faltarían brazos para mantener el pujante desarrollo económico en los países que los acogieron. En estas cifras están incluidos los 2.26 millones que inundaron Alemania desde el 2015. La gran mayoría se ha ido integrando, aunque no se hayan podido evitar los guetos físicos y culturales ni el precio de masacres contra los europeos.
El 27.6.2023 un policía mató a tiros a un chico de 17 años, en el suburbio parisino de Nanterre. La sentencia judicial del caso nos aclarará las circunstancias que movieron al policía a emplear el arma. Este acontecimiento actuó como una chispa en un medio cargado de gas inflamable, produciendo un levantamiento sorprendente y desproporcionado de chicos jóvenes, descendientes franceses de inmigrantes de África y del Oriente medio. Las llamas del odio se difundieron pronto a unas veinte ciudades en Francia, llegando incluso a las Guayanas y a las islas de la Reunión. De momento se estima que les danos materiales han sobrepasado ya el billón de euros.
Con cócteles Molotov se han incendiado o destruido, hasta hace diez días, 5000 vehículos, se han asaltado 400 oficinas bancarias y 240 municipios. Los adolescentes de color también han desfogado su ira y odio contra cientos de estaciones policiales, contra 1108 edificios en parte entregados a las llamas, dejando un saldo de 808 policías heridos y 3000 jóvenes arrestados. Paulatinamente afloran las noticias sobre los muertos y heridos entre la población civil y los atacantes. En diversos videos hemos vistos cómo los insurrectos aprovechan su ´guerra´ para expoliar y robar en tiendas y supermercados.
¿Estamos ante un fenómeno espontáneo?
Soeren Kern no entra en cuestiones de fondo histórico, por lo cual es muy oportuno plantearse esta cuestión. ¿Fue espontáneo el levantamiento bolchevique en 1917, o la subida del nazismo con Hitler, o la Revolución Francesa, o la pandemia? Ciertamente son cosas distintas, pero hoy sabemos no han sido espontáneas, sino que siempre ha habido una atmosfera anterior, de tipo ideológico, que buscaba levantar al pueblo a favor de la propia causa. Aquí podríamos mencionar toda una lista muy larga de ejemplos, como los mencionados anteriormente.
Pero hay otra clase de insurrecciones legítimas y más espontáneas en los casos de autodefensa justa de todo un pueblo. La historia ofrece muchos ejemplos, como el levantamiento de los Macabeos en Israel, la Cristiada contra la influencia masónica en Méjico, la guerra civil en España, la insurrección húngara contra la opresión comunista etc. En nuestros días estamos viendo y viviendo el levantamiento de las mayorías silenciosas contra la opresión ideológica del globalismo, plasmado en la Agenda Davos 2030, que amenaza incluso con medios violentos.
La masa de los ciudadanos es la que, al final, ha sufrido siempre los mayores sacrificios, tanto en vidas como en pérdidas de patrimonio. Este es el continuo drama de la lucha por una vida mejor, que no puede encontrar solución alguna ni en la tecnología ni en el alto nivel económico. La solución sólo puede venir de un ambiente cultural de valores judeo-cristianos sostenidos por la gran mayoría, unido al coraje de defenderlos incluso con las armas. Desde 1945 nos hemos entregado en el Occidente al sueño vano de que se habían acabado las guerras para siempre. Sin embargo, la pandemia y la guerra en Ucrania nos ha despertado de esta ilusión.
Hoy, cada ciudadano tiene que plantearse personalmente por qué causa quiere luchar, tiene que buscar los medios (políticos, culturales etc.) en que apoyarse. Al mismo tiempo tiene que recortar mucho el tiempo dedicado a TV, lecturas de placer, videos y aficiones. En este proceso, lo primero de todo es informarse sobre lo que realmente está pasando, a base de buscar la verdad de los acontecimientos y de sus causas. Esto no pueden encontrarse en los grandes canales mediáticos, manipulados desde un vértice. En este sentido, el globalismo es el gran manipulador de la verdad y el gran frente de lucha contra la cultura occidental tradicional. Hoy ya no se habla de conspiración, porque ésta ha pasado hace tiempo a la ejecución abierta de sus planes de instauración del nuevo orden mundial. https://thinktanklatam.org/2022/08/10/usa-contra-su-pueblo/ .
Cabe por tanto sospechar, que el detonante en Francia hayan sido los mismos agitadores profesionales bien pagados que ha organizado hace años lo mismo en USA y en otros países ¿Por qué el globalismo apoya a la izquierda? En consecuencia, cabe esperar igual instigación en Berlín y otras tantas ciudades europeas. El Estado no sólo debe estar preparado con sus fuerzas policiales, sino que también podría emplear análogo método como los atacantes: jóvenes voluntarios civiles munidos de medios adecuados como para apagar las primeras llamas de un gran incendio premeditado: vehículos especiales, apagafuegos, bomberos, caballos etc., según lo que sea más conveniente al caso concreto.
A este respecto no podemos olvidar que los casi tres millones de inmigrantes que llegaron desde Oriente Medio y África a Europa desde 2015, en su mayoría fueron movidos a ello por profesionales organizados entonces desde los antros globalistas, como arma demográfica para desestabilizar los gobiernos europeos y destruir su cultura. Llama en este sentido la atención, de que la Unión Europea siempre apoyó con fuerza este movimiento migratorio, exigiendo su acogida a los países miembros. No vamos a detenernos aquí en las sucesivas masacres que los mahometanos han infligido a los europeos, bien con ametralladoras, con camiones contra una multitud o pasando a cuchillo a personas en cualquier sitio, quizás porque lo exigiría el Corán.
El problema de la inculturación
Dicho esto, hay que reconocer que la inmigración a Europa en los últimos setenta años ha supuesto un desafío sin precedentes en la historia, sólo posible gracias a la facilidad de traslación que ofrece nuestro mundo moderno. La razón profunda de por qué las autoridades oficiales lo han permitido hay que buscarla en el bajón de nacimientos provocados por los anticonceptivos y el aborto. Decenas de millones de alemanes, franceses, ingleses, españoles, italianos etc. no han podido nacer. Sus padres han preferido disfrutar del sexo, pero evitando sus naturales consecuencias. Durante decenas de años ha habido así un plebiscito: se ha ido votando ciegamente el propio suicidio socio-cultural de Europa. Contra este proceso lamentable resuena hoy con fuerza la Humanae Vitae, de 1968, que guarda un notable paralelismo con el documento magisterial de 1937, ´ Mit Brennender Sorge´, promulgado por el Papa en contra de la amenaza nazista.
Al mismo tiempo, la pujanza económica europea necesitaba más y más brazos, facilitando la entrada inmigratoria, sin la cual Europa tendría ahora mismo mucho menos población activa, que de momento todavía puede ir pagando las pensiones. En Gran Bretaña, por ejemplo, han entrado con todo derecho, decenas de millones procedentes de la Commonwealth. Este hecho, en sí mismo, es muy positivo y no tiene porqué cargar con la culpa de los ingleses que no han querido tener descendencia. Además, la mayoría son hindúes, que se integran más fácilmente que los mahometanos. El reemplazo de los ingleses por los descendientes de los inmigrantes ha llegado a tal punto, que hoy el primer ministro de Gran Bretaña, Rishi Sunak, es de la etnia hindú y según parece, hace un buen trabajo.
¿Qué podría suceder en adelante?
Es muy probable que movimientos ideológicos globalistas, tales como WOKE, Lgbt etc., o el comunismo, busquen la forma de capitalizar políticamente los disturbios en favor propio. En tal caso cobraría más peso la sospecha de que el fenómeno no se ha producido por generación espontánea. Llama la atención que los medios digitales estén silenciando los hechos: en Youtube todas las noticias tienen una antigüedad de dos semanas, en un momento en que los disturbios han comenzado ya en Berlín y en Suiza, donde en Lausana las autoridades oficiales han tenido que sacar los tanques a la calle. Tampoco los demás medios dedican mayor atención al asunto.
Todo el Occidente se ha convertido en un Armagedón, donde Gog y Magog se disputan el alma de la gente. Pero es una batalla en la que el bien está ganando. Esta experiencia será muy positiva para construir en el futuro un mundo mejor, donde impere más la verdad y los valores que siempre han sostenido nuestra cultura. Esto se está manifestando en el terreno político, donde la mayoría silenciosa está tomando cartas en el asunto, apoyando precisamente las fuerzas conservadoras. Lo vemos en Italia, Suecia, Alemania, Polonia, España, Holanda, Gran Bretaña, y, sobre todo en USA. Aquí está la madre de todos los combates, que se decidirá en las próximas elecciones a principios del año próximo con la muy probable victoria de la oposición a Biden.