¿Por qué las guerras de ataque?
Peter Kopa, Varsovia, 16.8.2025
En la literatura general se dice que las guerras siempre tienen unas motivaciones muy diversas, cómo por ejemplo la necesidad de sobrevivencia, búsqueda de buena tierra de cultivos u otros recursos naturales. Sin embargo, el detonante mayoritario de las guerras no defensivas, en toda la historia, ha sido el abuso del poder político o militar.
Un pensador dijo que todas las guerras de ataque, en último análisis, han sido injustos, abusivos y criminales. Esto es brutal. Basta pensar en los grandes pueblos hegemónicos que siempre han querido conquistar más y más. Ahí está Egipto, Grecia y Roma. Y en el siglo pasado hubo ambas guerras mundiales.
Da tristeza ver los absurdos de la primera la primera Guerra Mundial, en la que, como niños, se han peleado dos alianzas europeas a un costo de 14 millones de vidas. Y peor la segunda que costó la vida por lo menos de 60 millones de personas, siempre tratadas como soldaditos de plomo, sometidos a la voluntad de unos reyezuelos que hacían su juego desde sus lujosos palacios.
La inexorabilidad de las guerras puede verse como algo sistémico, como algo puramente estructural. Pero lo cierto es que la causa última está en el alma humana qué tiene una tendencia al bien y al mal. Sobre esto hemos publicado un artículo que lo explica: https://thinktanklatam.org/la-moralidad-en-la-guerra-de-ucrania/
Si el hombre nace en una buena familia, en la que le quieren y transmiten los valores del sentido común y de la fe cristina, normalmente, esa persona, en la madurez, hará lo mismo. Pero, lamentablemente, hay tantos que se han criado en un ambiente de indiferencia, abandono y hasta de malos tratos que claman al cielo. Así se explica que una persona golpeada y vejada en la primera fase de su vida tienda a devolver todo el mal que recibió.
Otro problema es el afán de dinero y riqueza, que puede ser una tentación en la que han caído tantos justos. Sin embargo, todo esto nunca anula la libertad individual en sus opciones de relevancia moral, sólo lo predisponen, pero nunca determinan. Así se explican tantos casos en lo que el lastre de una niñez y juventud desastrosa no ha impedido hombres admirables, y al revés.
La grandeza y la bajeza humana
La guerra es punto de encuentro entre la grandeza y la bajeza humana. El patrón de fondo se ha repetido constantemente en todo el mundo a lo largo de la historia: la fascinación de la gesta bélica agresiva como camino para llegar a ser el rey del mundo. este sueño vano ha movido a pueblos y naciones a atacar a otros, buscando el poder y la gloria, aumentando sus recursos y el número de sus legiones militares. Este delirio sigue poseyendo a los atacantes bélicos hasta hoy.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta violencia, en la historia, ha forjado con las legiones romanas la geografía política actual. España es un caso especial porque su colonización del Nuevo Mundo se produjo con la noble intención de difundir la fe cristiana y ampliar los confines del reino.
Luego, en la ejecución de esta buena intención emergió la ambición humana, y aquí y allá la gesta colonizadora no pudo estar a salvo de la ambición de algunos. Ninguna organización humana puede evitar este problema, ni siquiera la Iglesia Católica. En este sentido basta comparar el comportamiento hispano con el inglés/francés, que han cometido el genocidio de ir matando veinte millones de indígenas.
Las guerras de ataque actuales
El patrón motivacional de fondo se repite aquí una vez más. Una de las máximas autoridades en la materia, Jeffrey Sax, profesor de la Universidad de Harvard nos dice a propósito de Ucrania: https://www.youtube.com/watch?v=mbNvagE7BcM&t=22s&ab_channel=TheHill, explicando por qué Rusia tuvo que invadir Ucrania. El profesor nos dice que la arrogancia de USA es la causa de la guerra, y no solo en Ucrania, si no en todas las demás guerras que ahora mismo tienen lugar en Oriente Medio.
Hay que reconocer, sin embargo, que USA ha sacrificado 1,6 millones de soldados para quebrar la ocupación nazi en Europa. Luego han seguido intervenciones bélicas importantes en Corea y Vietnam, en contra del comunismo. También han sido arrogantes Hitler Lenin, Stalin y Hitler.
La guerra por el control del alma
https://thinktanklatam.org/5708/
Paralelamente a las batallas físicas, desde siempre ha habido el empeño de manipular el alma humana, de tal manera para que el pueblo esté dispuesto a ir a la guerra. Antiguamente esto se hacía con banderas al viento, desfiles militares, bombo y platillo y toda una parafernalia bajo el pretexto de amor a la patria. Esto lo vemos todavía cada año en la Plaza Roja de Moscú y en otros países. Es una demostración de fuerza que el pueblo tiene que ver para que crea que son invencibles, y por tanto tengan menos miedo para alistarse en el ejército e ir a la guerra.
Hace años encontré en un anticuario en Praga, una antología de la poesía alemana de 1936, en letra gótica. La mayoría de las poesías en el periodo de los años 30 del siglo pasado enaltecen el ideal de lavar la afrenta de la derrota de 1918. Hitler se presenta como una figura providencial enviada por Dios, en un momento en el que se estaba enardeciendo al pueblo alemán para recuperar el honor perdido en la Primera Guerra Mundial. En las votaciones políticas de 1933 ha sido decisivo el voto los protestantes o luteranos de la franja norte de Alemania, permitiendo así su victoria.
Actualmente, los recursos digitales y la IA se emplean en parte malévolamente para convertir al ciudadano en un cordero dócil, que va dejando su lana toda su vida (los impuestos que mantienen el poder de los que lo manipulan) y, al final, deje su vida en alguna guerra absurda. Hoy pocos quieren alistarse en el ejército: https://thinktanklatam.org/el-sindrome-antibelico/