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Cuando en Otono de 2003 se produjo la revolución de las rosas en Georgia y un ano más tarde la revolución en Ukrajina, que manifestaron el rechazo de la primacía rusa, en el Kremlin surgió la preocupación de que este proceso podría significar que las antiguas naciones soviéticas podrían seguir el mismo derrotero político buscando integrarse en el mundo occidental. Así Putin se decidió a contrarrestar este proceso mediante una campana mundial digital que tenía como fin revalorar la cultura rusa ante los ojos occidentales. Veía entonces el peligro de que las NGO occidentales y sus mass media podrían debilitar el posicionamiento político mundial de Rusia.
Rusia en pie de guerra informática
Así es como el Kremlin concibió en poco tiempo una campana digital mundial con un triple fin: rehabilitar la cultura rusa y su política, y, al mismo tiempo, desestabilizar políticamente a Europa para así aumentar el espacio de maniobra a favor de Rusia. Desde entonces, el costo de de esta estrategia está costando anualmente a Rusia cientos de millones de Euros. En la práctica, esto va más allá de las redes sociales porque incluye Agencias de Relaciones Públicas, medios de información, estrategias de financiación de partidos políticos y apoyo a centros culturales en todo el mundo.
Después de la demostración catalana a favor de la independencia, en los medios aparecieron imágenes de catalanes apaleados por la policía en las calles de Barcelona, sangrando de forma dramática. Poco después el Gobierno de Madrid descubrió que tales imágenes fueron procesadas instantáneamente por robots informáticos rusos, con el fin de dar una imagen falsa de los acontecimientos reales, que en realidad fueron pacíficos. Pero lograron su objetivo: indignar a los catalanes contra Mariano Rajoy y provocar simpatías hacia Cataluna.
Este tipo de ingerencia rusa se ha repetido muchas veces: en Francia, en Gran Bretana en torno a la votación que condujo al Brexit, en los países bálticos, y, sobre todo en los USA antes de las elecciones. Actualmente las instancias judiciales americanas están investigando a fondo la presunta ingerencia rusa que llevó a dar la victoria a Trump. A finale de Octubre, los tres gigantes del Sillicon Valley (Facebook, Google y Twitter) fueron solicitados para que revelen en qué medida las actividades rusas han podido influir en las elecciones americanas. Así salió a la luz que en Facebook, supuestamente 126 millones de visitantes se han tenido que tragar los anuncios políticos provenientes de Rusia. En Youtube han aparecido de igual manera 1100 videos en idioma inglés, según Google, y en Twitter se han metido 37000 cuentas automatizadas de origen ruso, que han logrado diseminar tres semanas antes de las elecciones 1.4 millones de mensajes supuestamente manipulados. Incluso en Instagram se han detectado 120.000 contenidos enviados desde Rusia.
El poder del dinero ruso
Además, Rusia busca ganar para su causa a intermediarios de prestigio, como el ex canciller alemán Gerhard Schroeder, quien desde hace tiempo defiende públicamente a Putin. Otro personaje en esta línea es el profesor Joseph Misfud, que fué un eslabón importante entre Trump y el Kremlin durante la campana presidencial americana. Presuntamente fué él quien ofreció a Trump informaciones negativas sobre Hillary Clinton. Luego caben mencionar grandes empresas de relaciones públicas, como la Ketchum de USA, que organizó el meeting de los G-8 en San Petersburgo y recibió para ello dos millones de USD. Otras tantos acontecimiento del mismo estilo fueron organizados en Bruselas, Washington y Londres. También caben mencionar aquí los máximos dignatarios políticos que van siendo invitados por Putin a Moscú.
A nivel de televisión, el gobierno ruso creó en el 2005 el canal ´Russia Today´(conocido como RT), para contrarrestar la influencia de los canales CNN, BBC y ´Deutsche Welle´. Hoy, la RT tiene 2000 empleados por el mundo, que tienen a su disposición un presupuesto anual de 250 millones de Euros.
Internet: el principal campo de batalla
Pero el medio más poderoso de penetración propagandística está en el internet, en donde se mueven estrategias diversas, que van desde los ´hackers´hasta cuentas falsas, ´bots´ o robots inteligentes hasta las acciones más sofisticadas que logran inundar como un tsunami al internet en todo el mundo, manipulando contenidos a favor de los intereses rusos. Hace poco, en un informe de la NATO se dice que el 70% de todas las informaciones rusas sobre la NATO, en los países bálticos y en Polonia, se generan por bots o robots informáticos rusos. Algunos de ellos atacan inlcuso a páginas web o a personas que tienen una actitud crítica hacia Rusia. Hoy es difícil definir el límite entre estas acciones y el espionaje tradicional. Así, por ejemplo, el server del partido democrático de USA fué hackeado para desestabilizar la campana electoral de Hillary Clinton.
Comentarios
A la horar de juzgar y valorar todas estas iniciativas tomadas por Putin hay que tener en cuenta de que aún hoy, todo ruso está profundamente convencido de que Rusia es el país nr. 1 del mundo, al que siempre ha correspondido un papel hegemonónico en el concierto de las naciones. El golpe sentimental sufrido por el pueblo ruso por el hundimiento del comunismo, por la contracción de su territorio, por la pérdida de las repúblicas soviéticas por la pérdida de su protagonismo a nivel mundial explican porqué Putin quiere ahora recuperar el terreno perdido, cueste lo que cueste. Además tiene que resignarse al surgimiento de la China, que les está haciendo la competencia en todos los frentes.
Fuente, NZZ Zuerich, Suiza