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Cómo se forman las naciones y los estados

https://www.youtube.com/watch?v=o2j4oCDBbts

The English version is at the end of this text

Peter Kopa,  12.8.2017

Hasta ahora me parece que se ha prestado poca atención a los factores
metademocráticos, que se dan como situaciones de hecho que configuran la
sociedad, tal como los vemos hoy, y que son el resultado de procesos
multiseculares como la mudanza de los pueblos, las guerras, el hundimiento de
imperios y surgimiento de otros nuevos, las pestes, el hambre, el credo
religioso, la cultura, los descubrimientos geográficos, el progreso científico y
técnico, la educación, la cultura, la ciencia y las oscilaciones demográficas. En
los últimos dos siglos, estos tres últimos factores han sido muy importantes
en la plasmación de las sociedades que han dado lugar a los Estados actuales,
por lo cual me voy a detener en ellos. Pero antes recomiendo también aquí ir a
YouTube, poniendo en el recuadro buscador la frase ´Ronald Reagan a man of
faith´.

El factor cultural


El progreso científico y técnico ha dado lugar, primero en Occidente, a la
mecanización de la agricultura y a la industrialización, que a su vez favoreció el
industrialismo y el crecimiento vertiginoso de las ciudades. Al mismo tiempo se
iba conceptualizando y difundiendo la democracia como nueva forma de
elección de los gobernantes. En este sentido el gran paradigma moderno ha sido USA,
instaurándose allí el Estado de Derecho, la Constitución con sus garantías en
favor de la defensa de los Derechos humados irrenunciables del individuo, y,
sobre todo, el principio de que el Estado tiene que estar al servicio del hombre
individual y de la familia como célula básica de la sociedad.

Toda esta nueva forma de gobierno democrático estaba
profundamente inspirada en principios judeo-cristianos y era anterior a la
Revolución Francesa. Hay que recordar, a este propósito, que el territorio de
USA fue poblado inicialmente por ingleses e irlandeses perseguidos por su fe.
Así han llegado a las costas norteamericanas personas con un sueno y una
visión de fundar un nuevo mundo sobre las bases de la Ley Natural y sobre los
principios mencionados, en cierta manera reforzados por el puritanismo
protestante. Y precisamente por este motivo, USA se fue considerando cada
vez más como el guardián de la justicia y de la democracia, que es un
mesianismo político que está en el fondo de sus intervenciones militares en
Corea, Vietnam, Kosovo, Iraq, Libia, Afganistán y ahora mismo en Siria,
arremetiendo contra el IS (Islamic State).


Inspirados primordialmente en este modelo americano, muy distinto de
las ideas propaladas por la Revolución Francesa, en cuanto inspirada en el
ateísmo racionalista, primero en todo el Occidente y desde el siglo XX en casi
todo el mundo se ha ido formando la conciencia democrática. Y esto con sus
más y sus menos, según el punto de partida en una nación concreta. Esta
inculturación democrática, por ejemplo, sigue siendo hasta hoy muy difícil en
África, debido a la organización tribal de la convivencia social.
En este sentido, cada Estado tiene su propia historia, irrepetible y
distinta de los demás Estados. Hasta hoy, en muchos sitios, el ropaje
democrático exterior se sobrepone a formas ancestrales de atribución del
poder político. Un caso especial son los países islámicos, donde siempre se ha
aplicando la Ley del Corán que impone también sus reglas en la formación del
gobierno, como algo rigurosamente exigido por Alá y muy lejano de la
Democracia.

El progreso científico y tecnológico


El progreso científico y tecnológico ha permitido una creciente calidad de
vida, no sólo en el orden material, que repercute positivamente en las
expectativas de su duración, que hoy está llegando en Europa a los 80 anos,
gracias sobre todo a la medicina y a las mejores condiciones de higiene. El
transporte rápido, la infraestructura de autopistas, túneles, puentes,ferrocarriles y aeropuertos está reduciendo cada vez más las distancias y las diferencias entre los pueblos.

Así, todo vuelo es, sin darnos cuenta, un acontecimiento cultural que acerca los pueblos entre sí, contrarrestando antiguos prejuicios y odios, aunque todavía hoy siga habiendo un cierto pique
entre Alemania y Holanda, y entre Inglaterra, Francia y España etc. El turismo,
los eventos deportivos transmitidos por TV y los medios de comunicación
tienen en este sentido un efecto altamente positivo, hasta el punto de que hoy
por hoy no es pensable una guerra entre los países de Europa, ni entre la gran
mayoría de los demás países sin un liderazgo mundial. En cambio, las tensiones
con potencial bélico se ven hoy en la beligerancia yihadista de una pequeña
parte de los países árabes y en las pretensiones hegemónicas de Rusia y de
Corea del Norte. Y los USA, por su parte, siguen ejerciendo su función de
vigilantes de los Derechos Humanos, buscando al mismo tiempo sus propios
intereses geopolíticos.

El factor demográfico


Sin embargo, en los últimos 50 anos, lo que más profundamente ha
transmutado el sustrato humano de los Estados y de las Naciones ha sido la píldora
anticonceptiva (o abortiva) y los abortos, que en Europa ya han llegado a la
cota de 40 millones, y en USA a los 51.1376.750 desde 1973 hasta el 2011,
según el Instituto Guttmacher, norteamericano. Si consideramos que en 1880
en USA había 50.189.209 habitantes, según el censo oficial, la cifra de
homicidios de nonatos resulta espeluznante y casi increíble. Es fácil imaginarse
todo el enorme potencial de talentos humanos que así se ha eliminado del
mundo.

De haberse dejado vivir en Europa y USA a estos cien millones de
hombres y mujeres (al 2015 habremos ya superado este baremo, si incluimos
los abortos no registrados) estaríamos ahora culturalmente mucho mejor.
Probablemente no hubiesen habido ambas guerras mundiales.
El efecto combinado de estos dos frenos demográficos –la píldora
anticonceptiva y el aborto- explica porqué hoy por hoy se está reduciendo
dramáticamente la etnia europea originaria, que está siendo sustituida en
Europa por los ya 20 millones de inmigrantes árabes, turcos y africanos.

Los árabes no asimilan la cultura y la forma mentis europea en las primeras dos
generaciones. En cambio, en USA hubo una fuertísima corriente inmigratoria europea,
causadas por las guerras mundiales del siglo pasado, que han ocasionado una
mudanza de decenas de millones de personas, que se han adaptado
rápidamente al nuevo mundo y han enriquecido el capital humano de esta
nación. Luego ha seguido un fuerte flujo inmigratorio desde Méjico y desde el
Asia.

Al ser USA un país joven y con una mentalidad más abierta, la asimilación
de estas personas no planteó ni supone hoy grandes problemas, en buena
parte porque son mayoritariamente de cultura cristiana, con una fuerte dosis
de cultura hispanoamericana. En estos acontecimientos se puede ver cómo el
alto crecimiento demográfico ha hecho de los USA el país líder mundial.
Además, en USA se registran más nacimientos por mujer que en los países
europeos, con la excepción de unos pocos.


El desequilibrio demográfico, sobre todo en los países más desarrollados
de Europa, pero también en el Japón y la China, crea el problema de que cada
vez menos jóvenes, en edad de producción económica, tienen que sostener a
cada vez más personas retiradas del trabajo. Hay que tener en cuenta, que la
mayoría de los países tienen el sistema de las pensiones que se pagan con la
aportación de los contribuyentes en ese mismo momento.
Sin embargo, las raíces profundas de este suicidio étnico, que pone en
ridículo cualquier romanticismo en torno al amor a la patria, al beso de la
propia bandera, al afán de defenderla con las armas, se encuentran en la
dimensión cultural de los individuos.

Relevancia del factor cultural

El quid del asunto está en la concepción
que se ha ido formando el hombre de sí mismo, en los últimos cincuenta anos,
cuando comenzó la caída demográfica. Esta cuestión depende directamente de
la opción que adopta el individuo ante la cuestión de la fe en Dios. Si cree en él
y si se esfuerza por seguir los principios morales, tales personas serán
coherentes con estos principios, que entre otros efectos tendrá el de una
mayor apertura hacia la transmisión de la vida. En cambio, si el individuo
relativiza, revisa o sustituye esa premisa existencial – que inspira todas las
religiones y que retumba en la conciencia – por la ley del propio gusto, ¿no
seria igualmente su consecuencia inmediata, la total reprogramación de la
conciencia moral, con resultados nefastos en la sociedad?

Esta segunda opción –generalmente inconsciente – sitúa a Dios en un
segundo plano, que se considera a veces un fundamentalismo superado. ¿No
significa esto enaltecer el propio yo, arrogándose así el hombre una cómoda
libertad absoluta? Por definición, la cultura es la objetivación de valores
verdaderos, por parte del individuo y de la sociedad, aquí y ahora.
Prácticamente, el hombre, al valorarse a sí mismo por encima de todo, como su
medida última, lo que pretende es ponerse en el lugar de Dios, a quien no
necesariamente niega, pero le pone sus condiciones para creer en él.


Cuando este proceso asume la forma de abandono de la primera premisa correcta,
donde Dios estaba en el centro, se produce un autoengaño profundo que da
lugar a un comportamiento que lo degrada en su comportamiento moral.
La era pos cristiana está marcada por este problema, manifestando los
frutos amargos de una anticultura que llega al extremo del satanismo. Así, lo
único bueno es lo que halaga el yo, y aquí en primer lugar está el regodeo en el
propio poder y gloria, aunque no sea más que buscar el placer sin barreras y a
cualquier precio, el deporte, un coche y poco más. Una persona así no puede
comprender que la verdadera plenificación humana sólo se puede encontrar
respetando las reglas de la Ley Natural. Y en esta línea ocupa un lugar
primordial el no desestimar el instinto y la vocación a la maternidad y a la
paternidad.


Es decir, toda esa multitud de personas que se han dejado seducir por
las promesas publicitarias del placer personal, como fin último, son las que no
quieren tener hijos porque ven en ellos un estorbo para sus viajes, sus
deportes, su vida profesional, su belleza física etc. Este efecto es más nocivo en
la mujer, porque ella es la protagonista principal en la transmisión de la vida
humana. Menos mal que el error del feminismo está perdiendo mucho terreno
en USA, donde ha nacido. Este perfil que opciona por el ˇfree choice´ en todo y
para todo, a la hora de las elecciones políticas preferirá probablemente
candidatos que aprueban el aborto, los matrimonios gay, un ecologismo
equivocado y la iniciación sexual en las escuelas a partir de los 9 anos etc.
Por lo antes dicho cabe concluir que el voto democrático formal,
periódico, es sólo una de las formas de elegir un gobernante, lo cual es lo
menos importante. Las opciones vitales individuales constituyen la otra
forma de votar, mucho más trascendente en sus resultados, como por

ejemplo, el hecho de no querer tener hijos, porque al cabo de tres
generaciones logra transmutar la base humana del Estado. Otras formas de
voto fáctico conformador de un pueblo y de su organización jurídica es el
rechazo de principios éticos, o el dejarse engañar por los errores ecologistas
–de que el hombre es causa del calentamiento global- o la aceptación de
cualquier otra ideología errónea.


Un ejemplo de falta de neutralidad ideológica nos brinda la votación
democrática que permitió a Hitler llegar al poder. Entonces, uno de los grandes
engaños era la discriminación racial de judíos y de otras etnias , y el
convencimiento de que la humillación de la primera guerra mundial había que
arreglarla por las armas. En 1933, la Iglesia Católica condenó la ideología Nazi
en el documento magisterial ˇMit brennender Sorge´ (Con Ardiente
Preocupación), que se ha leído desde el púlpito en las iglesias católicas de
Alemania. Así se explica que la gran mayoría de los votos a favor de Hitler
procedían del electorado no católicos, en el norte del país. Podría aducir más
ejemplos.


Ante esta situación, pregunto al lector: ¿No haría falta examinarse uno
mismo para asumir eventualmente la responsabilidad personal por apoyar
situaciones de hecho que son una carga para la sociedad? O al contrario: ¿Qué
más puedo hacer yo para aportar más hechos positivos que mejoren la
conformación de mi nación y de mi estado? Estas consideraciones quizás no
sean ´políticamente correctas´, pero no hay ninguna demostración de que la
mayoría realmente desee el estado de cosas que estamos lamentando. A
estas alturas de nuestra historia, ¿no ha llegado el momento de pensar y hablar
claro, sin herir a nadie, pero tampoco sin dejar de decir lo que en conciencia
nos parezca lo mejor? ¿No será que en la sociedad redunda la misma lucha
que tiene el hombre en su interior, que tantas veces hace el mal y luego lo
lamenta y arregla?


Un ejemplo triste, que ahora mismo está destrozando familias: hacia
finales de Agosto de 2015 cayó en Australia algo así como un relámpago desde
el cielo mediático mundial: unos hackers han logrado entrar en la plataforma
digital Ashley Madison, el montaje cibernético nr. 1 que tiene como fin
intermediar contactos entre hombres y mujeres que buscando relacionarse

amorosamente, sacando a la luz 36 millones de clientes, en su gran mayoría
hombres. Como si fuera poco, inmediatamente se dió a este banco de datos un
buscador, para que cualquiera pueda ver si una persona concreta es o ha sido
alguna vez cliente de esta nefasta organización. Y algunos periodistas están
ahora a la caza de información sobre cualquier persona VIP, para convertirla en
la diana de sus tiros a matar su buena fama.


Ante toda esta problemática moral y cultural, el Estado en la OCDE
debería favorecer toda iniciativa que busque dar una formación cultural
positiva a la población, coherente con la cultural judeo-cristiana que le dio
grandeza y liderazgo. Hay que tener en cuenta que la calidad de los
gobernantes, y el buen o mal hacer de los mismos, es una función directa de la
calidad moral y cultural de los ciudadanos. Ante la impotencia del Estado de
lograr que sus súbditos sean buena gente, no tiene más remedio que apoyar a
toda labor institucionalizada de orden religioso o cultural, que en base al
principio de subsidiariedad, quite al Estado las castañas del fuego. El Estado
cometería un craso error pensando que él mismo, mediante sus escuelas
públicas, podría conseguir lo mismo sin la iniciativa de esos grupos
intermedios. Y lo peor de todo, en este sentido, es cuando el Estado, como el
perro del hortelano (un refrán español), no come ni deja comer. Es decir,
cuando en el sector educativo pone condiciones legales muy difíciles a la hora
de controlar la iniciativa educativa de los ciudadanos, imponiendo así
fácticamente su monopolio en la educación, siempre con el dinero de sus fieles
contribuyentes.

 

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