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Consideraciones previas
Al conocer las cosas, el hombre crea, gracias a la razón, un concepto abstracto para cada una de ellas, bajo el cual ´archiva ‘en su memoria, esas cosas. Al mismo tiempo le confiere un signo verbal o nombre, sin el cual no podría referirse a ellas en la comunicación con los demás. Así, por ejemplo, el concepto de líquido, que abarca toda sustancia líquida. Los conceptos son iguales en todas las lenguas, mas no el nombre de ellas. Si no fuera así, no se podría aprender otro idioma.
El primer grado de abstracción recae sobre las cosas del mundo físico extramental y sobre entes de razón. En el segundo grado, se considera sólo su cantidad, que es el campo de las Matemáticas, y en el tercer grado de abstracción sólo se refiere al aspecto de su mera existencia, de que son. A este nivel se mueve la filosofía, que se divide según las diversas cuestiones como el ser en sí, su causa y su cognoscibilidad por el hombre.
En el día a día, el hombre se mueve mayormente en el primer grado de abstracción, basado en la evidencia irrefutable de la patencia de los objetos físicos o de razón que se presentan a su espíritu.
Comprendiendo la manipulación del lenguaje
Pero qué pasa si alguna alta autoridad nos dice, por ejemplo, de que no existe la diferencia radical entre los sexos humanos, o que no existe los árboles, o las vacas etc. Esta pretensión se estrellaría contra la patencia absolutamente evidente de las cosas que vemos y usamos, y, por tanto, no podría engañarnos. Si aquí se quisiese ignorar, redefinir o ignorar conceptos, todas las ciencias particulares y la tecnología no serían posibles. Si no se siguiesen las leyes físicas, por ejemplo, estaríamos todavía en las cavernas.
Pero muy distinto es el caso de palabras que se refieren a objetos de razón, inmateriales, como la libertad, la justicia, los derechos humanos, la democracia etc. Se trata de conceptos deformables, porque están relacionados con diversas realidades también inmateriales como la dignidad del hombre, la cultura etc. Por tanto, si una instancia perversa, tuviese los medios para crear una campana mundial de redefinición del concepto ´familia´, puede llegar a convencer a parte de la población, de que no es una institución natural, sino el producto de condicionamientos políticos, económicos y culturales.
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Y si el manipulador perverso lograse convertir esta deformación conceptual en una ley, podría llegarse al extremo de que sea el estado el que introduzca el amor libre, la equiparación de las uniones homosexuales a las heterosexuales, cuando y cuantos hijos puede tener y hasta puede anular la patria potestad de los padres en relación a sus hijos si interesa al fin que persigue el manipulador.
El estado o una alianza nefasta de la mayor parte de los medios de información – llamados los ´mainstream media´- podría entonces deformar ideológicamente cualquier concepto inmaterial, con el fin de lograr que la masa humana piense y actúe según contenidos conceptuales falsificados. Esta sería la más perfecta tiranía, porque la masa humana se comportaría dócilmente tal como lo quiere el tirano. Estaríamos así convertido un rebano de ovejas humanas, en el que cada uno piensa que está actuando libremente. Crítica a los mainstream media
En este sentido los grupos dominantes globalistas de la macroeconomía, que ahora mismo se han dado cita en Davos, se están aliado con el estado, por ejemplo, en USA, Canadá, Holanda y otros más, dando lugar a una connivencia criminal que está clamando al cielo y provocando crecientes reacciones contrarias. Sirva como ejemplo el boicot infligido al grupo Walt Disney, por difundir la educación sexual para niños. Sus acciones han caído más del 40% en la bolsa de NY. Los engaños de los ´mainstream media´
Estamos así ante la génesis de unas mentiras sobre conceptos de cuya verdad depende el bien común de la sociedad y una vida humana digna y feliz. Igualmente cabe aplicar esta reflexión a muchos otros conceptos. Algunos ejemplos:
- La diferencia natural entre hombres y mujeres se está negando, lo cual está ocasionando las cirugías de cambio de sexo que los globalistas la denominan ˇterapia de afirmación´
- El ´hate speech´ o palabras de odio, que se han definido arbitrariamente como delito criminal, que es un arma arrojadiza para atacar y someter al ciudadano que sostiene una verdad, cuando ésta no encaja en los dogmas globalistas. Otro tanto es el criterio de lo ´políticamente correcto´ y la pretensión de que el estado es el guardián absoluto de la verdad.
- El intento de convencer de que en realidad no existe ni la patria, ni las fronteras nacionales, ni Dios, ni religión. Es una cancelación de verdades, que es típico de la subideología globalista de la ´cancel culture´.
- El aborto provocado, que en realidad es un concepto que significa matar al nonato, pasa a ser una manifestación de la ´libertad reproductiva´ o una forma de cuidar la propia ´salud reproductiva´.
El globalismo de Klaus Schwab utiliza estas trampas, además de otros subterfugios, para lograr un gobierno tiránico, buscando la drástica despoblación mundial. Su programa es el nuevo orden mundial, el lema de las sociedades secretas que tiran de los hilos en todo el mundo, desde las oscuras catervas del anonimato para no tener que asumir responsabilidades. Gracias a Dios este intento se está enfrentando con la oposición de una cultura judeo-cristiana de cuatro milenios, que ha dado al Occidente su grandeza. Esta contienda será dura, pero al final triunfará la verdad.
Precedentes de la manipulación del lenguaje
Es evidente que los conceptos tienen una gran influencia en el modo cómo el hombre aprehende la realidad. Es decir, impronta y conforma su pensamiento mismo. Sobre esto puedo contar una anécdota que viví en Sudamérica, hace unos 65 años. Estaba en una ocasión con un grupo de niños entre diez y doce años. Eran chicos pobrísimos, que no sabían leer ni han visto en su vida una película. Yo les conté que, en Europa, algunas veces, en vez de llover, cae el agua congelada, formando copos blancos. Mis interlocutores se miraron y explotaron en una gran carcajada, burlándose de mí en el sentido de que cómo se me puede ocurrir tal tontería. Este fenómeno se repite millones de veces cada día, cuando el hombre, por falta de conceptos verdaderos, hace sin querer juicios equivocados que le pueden causar un daño inmenso, condenándolo a vivir una vida desgraciada.
La más salta autoridad alemana en Filología e Historia de la Lengua, el Prof. Horst Dieter Schlosser, trata en su libro ´La lengua bajo la Esvástica´, cómo todas las dictaduras aprovechan cada información pública para consolidar su poder. Temen y combaten la libertad de la palabra mediante conceptos denigrantes, buscando ridiculizar o degradar a sus opositores. El nazismo ha propugnado un contenido ideológicamente deformado a conceptos tales como el pueblo alemán, el espacio vital, los judíos, la raza aria y otras tantas palabras. Antes han hecho otro tanto los ideólogos de la propaganda comunista desde 1917 en Rusia.