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Según la Neue Z. Zeitung de Zuerich, una encuesta del Wall Street Journal se ha hecho viral en USA porque dice que los estadounidenses han pasado en poco tiempo de ser abnegados patriotas a personas que se interesan con avidez por el dinero. La realidad es menos dramática, pero la pérdida de valores tradicionales está produciendo una fractura en la nación americana, debido a la ignorancia de Dios. Esto lo ha comunicado Christian Weisflog, desde Washington hace unos días bajo el largo título ”El alejamiento de Dios, de los hijos y del patriotismo hace tambalear a USA: es peor que cualquier pandemia”.
Aun siendo el periódico citado de Wall Street una parte del gran imperio mediático mundial globalista, sorprende que ofrezca unos resultados que más bien cabría esperar de los conservadores, lo cual aumenta su fiabilidad. Ofrecemos un resumen de la encuesta y, al final, nuestros comentarios:
Cómo desintegra USA la ignorancia sobre Dios
En 1998, el 70 por ciento de los estadounidenses pensaba que el «patriotismo» era muy importante; en 2019, esta cifra bajó al 60 por ciento. Ahora, sin embargo, solo el 38 por ciento de los ciudadanos es de esta opinión. Los datos muestran un patrón análogo a partir de 2019- para los valores «religión», «tener hijos» o «compromiso con la comunidad».
Las generaciones jóvenes quieren saber aún menos sobre los ideales tradicionales que los americanos de más edad. Sólo el 23% de los menores de 30 años considera el patriotismo o tener hijos algo muy importante.
La mayoría conservadora ve confirmados sus avisos
Sobre todo, en los círculos conservadores, la encuesta causó un impacto importante. Muchos políticos vieron confirmadas sus advertencias de una futura desintegración social por ideologías de izquierda: «El odio a uno mismo que vemos en todo el país es peor que cualquier pandemia», tuiteó la candidata presidencial republicana Nikki Haley. «Estados Unidos es la mejor nación del mundo y debemos seguir enseñándoselo a nuestros hijos».
El país está sumido en una crisis de identidad, escribió también el empresario conservador y aspirante a la presidencia Vive Ramaswamy: «La fe, el patriotismo, la familia y el trabajo duro han desaparecido. La wokeness, la ideología de género y el culto al clima han ocupado su lugar». Por su parte, el líder republicano en el Congreso, Kevin McCarthy, prometió: «Por eso nunca me rendiré. Podemos invertir esta tendencia».
El patriotismo divide la nación
La encuesta muestra también cómo el cambio de valores está dividiendo a los Estados Unidos. Hoy, demócratas y republicanos valoran y entienden el «patriotismo» de forma muy diferente. Sólo el 23% de los izquierdistas considera muy importante el amor a la patria, a diferencia del 59% de los conservadores. Sin embargo, como para muchos republicanos hoy sólo es patriota quien lleva armas, teme a Dios y considera que el aborto es un asesinato, el término tiene connotaciones cada vez más negativas para los demócratas. Por ejemplo, la ex pastora Janet Boyer declaró al Wall Street Journal: «Para mí, el patriotismo ha involucionado hasta convertirse en nacionalismo de derechas».
Comentarios
La cuestión de la ignorancia de Dios ha dejado de ser un tema sólo tratado a nivel parroquial, escolar o académico. Está en el candelero como ninguna otra preocupación y tiene, como nunca, una presencia creciente en los medios. Hay muchísimos indicios de cierta ´búsqueda del paraíso perdido´: por ejemplo, el éxito de películas sobre Dios (Mel Gibson y otros), o el seguimiento inesperado y extraordinario de Jordan Peterson, quien no deja de insistir en la importancia del esfuerzo personal y de tener un alto fin en la vida, en los miles de videos en Youtube etc. Insiste en que la religión es esencial en la vida personal y social.
El espectáculo histórico de esta cuestión es casi cómico: durante cuatro siglos una parte importante de pensadores habían apoyado el racionalismo filosófico cerrado a Dios, induciendo así el secularismo. Así, en la cultura occidental cristiana han intentado guardar a Dios en la sacristía y en el interior del hombre. Deslumbrados por las ciencias, los racionalistas han pensado que había que superar la fe, para liberarse y vivir sin la atadura de los mandamientos. Y ahora resulta que, sobre todo los países más ricos, se están hundiendo humanamente, en último término debido a la ignorancia sobre Dios: por ejemplo, en USA han muerto por fenatylo y traq, el año pasado, cien mil personas jóvenes, sin mencionar los miles y miles que mueren por otras drogas, o que son social y económicamente una carga, al igual que tantísimos psicópatas, atendidos o no en clínicas psiquiátricas.
El problema es tan agudo que entre los científicos en esta materia se prevé que la sociedad tendrá serios problemas en el futuro: por un lado, la renovación demográfica se recorta por las píldoras abortivas y del aborto, y por el otro, en el caso de los hijos que han tenido la mala suerte de nacer de cualquier manera, cae sobre ellos el gran problema del maltrato de sus padres (divorcio, falta de interés y amor por los hijos etc.). Estas personas son después los más propensos en caer en todo tipo de problemas, según la edad, suponiendo un gravamen social enorme.
Toda esta problemática existe análogamente en todo el mundo, con las diferencias que imponen las circunstancias concretas del lugar. Durante decenios, en China el estado permitía un solo hijo, por lo que hoy hay demasiado viejos y la regeneración demográfica está sufriendo un colapso. En Japón, Alemania y otros tantos países opulentos, una parte relevante de la población no quiere tener hijos, lo cual es la causa principal de la soledad amarga en vastos sectores de la tercera edad. El anteponer la carrera o los placeres de vida a tener hijos, por regla general, pasa una costosísima factura en muchos aspectos de la vida personal. Una de ellas es el despertar el ansia de maternidad en mujeres de cuarenta y cincuenta años, que los lleva a pagar cualquier tipo de tecnología médica con tal de quedar encintas, con o sin marido o compañero.
Conclusión
La ignorancia sobre Dios desintegra la sociedad siempre. La gran cuestión es si el hombre solo es capaz de volver a Dios y así arreglar el problema. La respuesta es que sí, porque Dios mismo es el primer interesado, si bien respeta siempre la libertad humana, incluso cuando es empleada para su autodestrucción. Aquí emerge con fuerza la importancia de la Iglesia, que es la que con sus enseñanzas permitió la grandeza del Occidente judeo-cristiano, que volverá a brillar en el futuro como nunca antes. Está más que visto que no es posible concebir al estado ignorando a Dios, y para esto no tiene que ser confesional sino basta que respete a la Iglesia y a los cristianos. De lo contrario todo se derrumba, al estilo del comunismo, nacismo y al estilo actual del globalismo, que engendró las ideologías de WOKE, Lgtb, genderismo y promueve una gran persecución de los valores tradicionales.
