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Introducción
Dios ha creado el universo de la nada, en el que hombre se reconoce como la parte más digna de la creación, por ser el único que tiene las potencias espirituales del razonamiento y de la voluntad libre. La naturaleza creada se le presenta como una realidad a la que tiene que aplicar su trabajo para que pueda vivir. Y la grandeza de esta incidencia en la creación consiste, por un lado, en la maravilla del trabajo mismo, y por el otro depende de la actitud interior del sujeto trabajador. Y esta predisposición personal depende a su vez de si la persona tiene o no fe en Dios como creador y padre, ante el cual agradece el don de la creación, siendo consciente de su necesidad de amarle a través del ofrecimiento de su trabajo.
Nos referimos al trabajo como toda actividad razonable con la que el hombre se gana el sustento, o ayuda a los demás a ganárselo. Así trabaja también el anciano retirado que vive de sus ahorros, o la madre de familia, o el artista, científico o pensador. Cuando el trabajo se aplica a cosas materiales, su fruto es más visible que cuando recae sobre cosas inmateriales, como la educación, los servicios o el pensamiento puro.
El hombre como cocreador
La raíz primera de su grandeza está en el hecho de que el hombre, al trabajar, cocrea con Dios, es decir que se convierte también en creador, en un sentido analógico, porque la persona incide con su acción en lo que Dios ha creado de la nada. La otra causa de la grandeza del trabajo depende, sin embargo, de la disposición interior del sujeto, según lo explicamos arriba.
Este momento intencional puede ascender a una altura infinita, hasta convertirse en coredención, cuando la acción de trabajar se eleva al plano de un ofrecimiento a Dios por amor. El gran difusor de esta enseñanza es San Josemaría de Balaguer, fundador del Opus Dei. Se trata aquí, por tanto, de un salto desde el plano natural al sobrenatural, que sólo puede darse en una atmosfera de libertad, lo cual asegura a la vez una gran plenificación interior. Sin esta ascensión es difícil superar los sacrificios y las dificultades que se presentan tarde o temprano en todo trabajo. Por ejemplo, el fracaso empresarial, la pérdida de un empleo, el cansancio, la enfermedad etc.
La reflexión sobre la cocreación del universo por parte del hombre se encuentra más bien en la antigua cultura cristiana alemana y nórdica, en general, quizás porque en esta zona del mundo no había tanto el prejuicio de mirar al trabajo como un castigo. Cuando los nazis pusieron en el portón de entrada del campo de concentración de Auschwitz el letrero ´ Arbeit macht frei´ (El trabajo da la libertad), sin querer promulgaron una gran sabiduría, a la que ellos mismos no tenían acceso por su brutal cinismo y ceguera ideológica. Es decir, si el hombre logra en su vida la grandeza del trabajo en clave sobrenatural, entonces ciertamente el trabajo libera cada vez más y más, traduciéndose en una creciente libertad interior de todo tipo de ataduras. https://thinktanklatam.org/2023/04/12/identidad-verdad-y-sentido/
¿Qué obstaculiza la grandeza del trabajo?
Estos obstáculos se encuentran en la predisposición interior negativa ante el trabajo. Nuestro maravilloso mundo, en donde las ciencias y la técnica permiten un bienestar material muy superior a la de los reyes antiguos: basta en pensar en los antibióticos y condiciones higiénicas, o en la movilidad en tierra y aire o en la alimentación tan abundante. Pero al mismo tiempo, nuestro hábitat es muy seductor en muchos sentidos, exigiendo del hombre un alto nivel moral para que se pueda sentir libre y desasido de una oferta de consumo y de placeres nunca vista antes en la historia.
El que no trae de casa un carácter y unos principios firmes, si no los obtiene de otra manera, frecuentemente comienza a resbalar hacia todo tipo de dependencias: la droga del sexo sin compromiso, el alcohol, las drogas etc. etc. Otra miseria moral frecuente es que la persona logre mantenerse a un nivel de decencia cívica, pero por dentro sufre sueños imposibles, afán de triunfar o ambiciones absurdas de grandeza. Esta gente tiende a ver en el trabajo un mal necesario, continuamente sometidos al stress de compararse con otros y al sufrimiento de continuas zozobras interiores. https://thinktanklatam.org/2023/05/24/fe-familia-y-amigos/
Grandeza de la vida
A través de vivir la grandeza del trabajo, en su más salta expresión sobrenatural, el hombre mismo encuentra su grandeza, su dignidad, su punto de equilibrio, que da como resultado una vida feliz. Una tal persona forma su propia familia, y en la crianza de sus hijos alcanza el más alto nivel de cocreación, que ya no es el producto de su trabajo, sino una imagen y semejanza de sí mismo y de su mujer. Y esta grandeza es posible a todos los niveles de pobreza o riqueza. Hace falta que el hombre supere la fascinación del dinero y se centre en hacer bien su trabajo. Las estadísticas muestran que gente así sale adelante y al final, son estos los que sacan adelante el propio país. Son los artesanos, obreros, conductores, maestros, enfermeras y tantos otros oficios, sin excluir los profesionales y los funcionarios públicos honestos. https://thinktanklatam.org/2022/11/08/viva-el-talento-medio/