Ahora mismo, el globalismo proclamado en la última reunión del Foro Económico Mundial busca indoctrinar el pensamiento del individuo. Si lo logra, podrá someter a todo el mundo a su mando totalitario, que sería el más duro en la historia del hombre. Basta escuchar los primeros diez minutos al Prof. Alan Dershowitz, en el link de arriba, emérito de la universidad de Harvard, para comprender a qué resultados nefastos conduce el renunciar a los propios principios y opiniones para evitar la persecución y el ostracismo en el propio ambiente.
El comienzo de la crisis de la libertad
El concepto de totalitarismo apareció en Italia bajo el fascismo de Mussolini. Gracias a la radio y la prensa escrita, el entonces poder constituido logró indoctrinar a la ciudadanía, mediante una propaganda arrolladora, una concepción opuesta al espíritu de libertad tradicional. Esta seducción interior ha sido un lavado de cerebro que luego se repitió en las demás ideologías de estado, sobre todo en la Alemania nazi. Se trata de un totalitarismo ya no tenía que ser impuesto por la fuerza, sino a través de la manipulación y del control del pensamiento individual.
Es decir, se busca que las masas se porten tal como lo había previsto del poder político, en base a una forma de pensamiento inculcado antes por la propaganda oficial, sin necesidad de una imposición general por la fuerza. Aun así, el régimen nazi organizó desde 1933 una persecución encubierta de los intelectuales y demás opositores, llenando muchos campos de concentración, en donde se han torturado y matado muchos miles de ciudadanos alemanes. Y así, del error se ha llegado terror, con la intención de manipular al ciudadano mediante el miedo de perder su bienestar material, su licencia profesional y su posición social.
Esta es la estrategia clásica del estado que ha asumido una ideología, siempre materialista, como arma arrojadiza: primero se procede por las buenas y luego por las malas, contra toda oposición que ha tenido el coraje de dar la cara. Y esto ya se está implementando en algunos países hoy, primero con la coerción blanda: por ejemplo, mandar al ostracismo profesional a los médicos y científicos que critican las medidas impuestas por el Estado contra la pandemia del covid. Y el estado se comporta como el único árbitro y dueño de la verdad, politizándolo todo para poder manipular todo, incluso en las ciencias, como hemos podido ver en la guerra biológica del covid. ¿Es la democracia un engaňo?
La actual manipulación totalitaria
Esto lo estamos viendo en las ideologías materialistas en USA (WOKE, Lgbt, genderismo) que fueron implantadas por los mainstream media y las redes sociales, con una eficacia y rapidez asombrosa. Esta difusión se produjo en USA sobre todo en las clases sociales más bajas. Sin embargo, todo indica que estos movimientos van a hundirse bajo el peso de sus ridículos errores. Europa reacciona ante este fenómeno con una buena dosis de escepticismo, hasta el punto de que hay muchas movidas políticas que están volviendo al cauce tradicional del pensamiento occidental.
Ante la tragedia de la guerra en Ucrania se están formando fuerzas políticas de buen perfil, sobre todo en Hungría, Polonia, Eslovaquia, Chequia, Italia, Suecia y España. Este proceso ha sido precedido por demostraciones en la calle, enarbolando todas no la bandera de un partido político, sino la de la patria. Sólo en Praga, donde vivo, en el último mes tuvimos dos manifestaciones populares con una participación enorme de ciudadanos, entre setenta y cien mil personas en cada una. A los 33 años se repiten las escenas callejeras que en 1989 han contribuido al hundimiento del régimen comunista, gracias a la revolución de terciopelo.
Distanciamiento de la Agenda 30 de Davos
https://www.youtube.com/watch?v=Pmboa1sGBsE
https://www.youtube.com/watch?v=rBUIlHM9WSo
Desde hace poco se observan críticas abiertas al modelo del nuevo orden mundial propalado por los globalistas. Europa está sufriendo la gran decepción que le produjo USA, porque ha sido abandonada a su suerte desde el momento en que se han dinamitado las tuberías de gas ruso). Sin embargo, hay muchos motivos para pensar que Alemania y los demás países europeos sabrá afrontar esta situación gracias a que tienen bien llenas sus reservas de gas, que están comprando en diversos países.
Está por ver si la UE sobrevivirá a esta crisis, en la que ha dado más apoyo a los globalistas y a los USA, dejando un poco de lado a sus propios países que la mantienen con sus aportaciones anuales. Macron ha sorprendido con su propuesta de crear una alianza paralela a la UE, compuesta por cuarenta y cuatro países.